martes, 3 de marzo de 2015

TEOTIHUACAN



PIRAMIDES DE TEOTIHUACAN
 
 
Teotihuacán (en náhuatl: Teotihuacán, ‘"Es un lugar donde los hombres se convierten en dioses";[1] Lugar donde fueron hechos los dioses; ciudad de los dioses’)?[a] es el nombre que se da a la que fue una de las mayores ciudades prehispánicas de Mesoamérica. El topónimo es de origen náhuatl y fue empleado por los mexicas, pero se desconoce el nombre que le daban sus habitantes. Los restos de la ciudad se encuentran al noreste del valle de México, en los municipios de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides (estado de México), aproximadamente a 45 kilómetros de distancia del centro de la Ciudad de México. La zona de monumentos arqueológicos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco en 1987.
 
Los orígenes de Teotihuacán son todavía objeto de investigación entre los especialistas. Alrededor del inicio de la era cristiana, Teotihuacán era una aldea que cobraba importancia como centro de culto en la cuenca del Anáhuac. Las primeras construcciones de envergadura proceden de esa época, como muestran las excavaciones en la Pirámide de la Luna. El apogeo de la ciudad tuvo lugar durante el Periodo Clásico (ss. III-VII d. C.). En esa etapa, la ciudad fue un importante nodo comercial y político que llegó a tener una superficie de casi 21 km2, con una población de 100 mil a 200 mil habitantes. La influencia de Teotihuacán se dejó sentir por todos los rumbos de Mesoamérica, como muestran los descubrimientos en ciudades como Tikal y Monte Albán, entre otros sitios que tuvieron una importante relación con los teotihuacanos. El declive de la ciudad ocurrió en el siglo VII, en un contexto marcado por inestabilidad política, rebeliones internas y cambios climatológicos que causaron un colapso en el Norte de Mesoamérica. La mayor parte de la población de la ciudad se dispersó por diversas localidades en la cuenca de México.
Se desconoce cuál era la identidad étnica de los primeros habitantes de Teotihuacán. Entre los candidatos se encuentran los totonacos, los nahuas y los pueblos de idioma otomangue, particularmente los otomíes. Las hipótesis más recientes apuntan a que Teotihuacán fue una urbe cosmopolita en cuyo florecimiento se vieron involucrados grupos de diverso origen étnico, como muestran los descubrimientos en el barrio zapoteco de la ciudad y la presencia de objetos provenientes de otras regiones de Mesoamérica, sobre todo de la región del Golfo y del área maya.

La época de mayor apogeo de Teotihuacán corresponde al periodo Clásico Temprano de Mesoamérica (ss. II/III-VI). Sin embargo, los inicios de la ciudad deben colocarse en el primer milenio antes de la era común. Localizada estratégicamente al noreste del valle de México, en las cercanías de la ribera norte del lago de Texcoco,Teotihuacán se convirtió en la principal competencia de Cui Cuilco durante el Preclásico Tardío. La erupción del Ixtle en el sur del valle apresuró la caída de Cuicuilco y favoreció la concentración de la población y el poder político y económico en Teotihuacán.
Por motivos que aún no han sido del todo dilucidados, Teotihuacán se colapsó hacia mediados del siglo VIII, dando lugar al Período Epiclásico mesoamericano. Los vestigios de la ciudad dieron origen a numerosas explicaciones sobre su presencia entre los pueblos nahuas del Posclásico, y estas explicaciones son conocidas por la labor recopilatoria de recuperación de los misioneros de Indias, en concreto Bernardino de Sahagún.
Hay poca información sobre el proceso que llevó a la fundación de Teotihuacán. A partir del Preclásico Medio se desarrolló en el valle de Teotihuacán un pequeño grupo de aldeas dedicadas a la agricultura. Estas aldeas eran contemporáneas a Terremote Tlaltenco, Tlatilco y Cuicuilco, y su desarrollo corresponde a las fases Cuanalán y Tezoyuca[h] (c. 500-100 a. C.). Durante la fase Cuanalán se establecen las primeras aldeas en el valle de Teotihuacán que aprovecharon las condiciones del entorno para la práctica de la agricultura. Las aldeas se ubican en las inmediaciones de los ríos y manantiales, así como en el norte del valle. En esta época se establece el asentamiento más antiguo en la sierra de Patlachique. Se ha propuesto como hipótesis que los habitantes de estos asentamientos podrían ser otomíes o popo locas, pero no hay evidencia contundente en ese sentido.[i] En la fase Tezoyuca esta última fase hay un patrón de cinco asentamientos que probablemente tenían funciones defensivas. Los yacimientos correspondientes a esta época presentan influencia de la cultura de Chupícuaro, que se desarrollaba en El Bajío por aquellas fechas.[29]
Alrededor del año 100 a. C. se comenzaron a desarrollar dos asentamientos dentro de lo que sería unos siglos más tarde la metrópoli teotihuacana. Uno de ellos corresponde al área ceremonial de Teotihuacán, sobre la calzada de los Muertos.[30] El cálculo para la población de la región durante esa época —comprendida dentro de la fase Patlachique— es de aproximadamente cinco mil personas, lo que pone en relieve un repunte demográfico notable para la siguiente fase de Teotihuacán.
El aumento de la población en el valle teotihuacano está relacionado con el abandono progresivo de Cuicuilco, pero hay evidencia de que otras poblaciones en la cuenca del Anáhuac fueron absorbidas por el crecimiento de Teotihuacán. El emplazamiento de la ciudad revela que los fundadores buscaron una posición estratégica que favoreciera la agricultura y asegurara el abasto de la ciudad. Las zonas con manantiales en la sierra de Patlachique y el cerro Gordo muestran una mayor concentración demográfica que el valle, pues tienen condiciones propicias para una agricultura de alto rendimiento. Puede ser posible que de alguna manera la élite de la región haya motivado a los habitantes a concentrarse en la región de Teotihuacán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario